Antes de nada quiero decir que este artículo es a título personal, no pretendo representar a ninguna otra persona, y mucho menos a ningún colectivo. Lo que tampoco exime para que haya gente que pueda sentirse identificado con este texto y lo haga suyo. Tienen todo mi consentimiento.
Por otro lado, el motivo de escribirlo no es otro que plasmar lo que llevo dos días intentando explicar a todo el que me ha llamado o me ha preguntado en persona, y puedo asegurar que no han sido pocos.
Creo es que es de necesidad explicar porque en su momento se empieza hablar de adelantar un día las fiestas Patronales. No queremos un día más de fiesta, no queremos más actos, no queremos más subvenciones, no queremos ser más que otros entes festeros. Lo único que se pretende y para ello se habla con las diferentes entidades que completan el panorama de Festejos estivales en nuestra Ciudad, es no solapar actos, conseguir que cada uno de nosotros podamos tener nuestros eventos sin molestar al de al lado, y con vistas a poder realizar, en un futuro, una Gran Ofrenda Floral Conjunta a nuestra Patrona, la Virgen de la Asunción.
La Junta que nos dirige, en su momento, habla con estas entidades, y todos juntos proponen al Ayuntamiento este adelanto de las fechas. Y se nos dice que está aprobado. Posiblemente hubiera que haber hablado con otros partidos, o con otros futuribles, pero no se hizo. Y no se hizo, no por obviar a nadie, sino por ser desconocedores o neófitos en asuntos políticos. Debo recordar que en esta Ciudad es la primera vez que el Ayuntamiento cambia de color y no creo que nadie supiera como actuar. Y si alguien lo sabía y no avisó, no creo que amara demasiado la Fiesta de Moros y Cristianos.
Los Moros y Cristianos de Elche, en su mayoría, no entendemos de política ni queremos hacerlo. A casi todos nosotros nos une una única afición, que son las fiestas que venimos celebrando desde hace muchos años, y donde una gran cantidad de nosotros hemos nacido. En estas fiestas hay gentes de izquierdas, de derechas, de centro, políticos y gente sin ideología política, o que si la tienen no la dicen o demuestran. Somos gente de diferentes razas y religiones, con distintas tendencias sexuales, procedentes de varias partes de España e incluso de extranjero, gentes de todas las profesiones y con muy diversas posibilidades económicas… y todos nosotros con una única cosa en común: nos gustan las fiestas de Moros y Cristianos.
De lo único que entendemos es de organizar unas Fiestas que cuestan mucho dinero y esfuerzo, y que planteamos unas fechas del 7 al 11 de agosto y se nos dice que son buenas, y que un cambio ahora nos supondría mucho más esfuerzo y un dinero que no tenemos, en los casos en que se pudiera cambiar lo contratado… que no es muy probable.
Este artículo es la explicación del porque el adelanto y el malestar. Quiero dejar un capítulo abierto, para poder hablar del triunfo del entendimiento y el diálogo.
viernes, 17 de junio de 2011
viernes, 10 de junio de 2011
De políticos y del resto de los mortales...
No soy de izquierdas, ni de derechas, ni de centro ni por supuesto de ningún extremo. No soy de ningún movimiento, ni pertenezco a ninguna acampada, ni apoyo muchas de las cosas que dicen o hacen. Tengo una ideología clara, que es la mía. No me siento representado por nadie, y no pretendo representar a nadie. No estoy dispuesto a quitarle la razón a éste por apoyar a fulano, ni a dársela al de enfrente por votar a mengano. Simple y llanamente me gustan algunas cosas que hacen algunos partidos y no me gustan otras, aunque debo decir que hay muy pocas que me gusten…
Estoy cansado de hablar con poseedores de la VERDAD ABSOLUTA, los voy a llamar los FIELES: personas que, sí o sí, tienen razón, que no dan su brazo a torcer aunque les demuestres de forma irrefutable, innegable, incontestable e incuestionable que no es así. Defienden al partido por el que CREEN estar representados (y digo CREEN) contra viento y marea. Estos FIELES Intentan rebatir los argumentos de unos diciendo que los otros son peores, o menos malos, o necesarios para la situación actual. Perdóneme el lector pero voy a intentar escribir una pedorreta: ¡¡¡PFffpfppppfppppfp!!! Estos FIELES de A o de B, lo son porque alguien los ha convencido en cierto momento de sus vidas de que A o B son los mejores. Es decir, esté quien esté en A, lo dirija quien lo dirija, haga lo que haga, cometa delitos o no, se demuestre lo que se demuestre, A es el mejor. Enfrente, los fieles de B son exactamente iguales, exigentes con el contrario e indulgentes con todo lo que haga B. Y nunca, pase lo que pase, estos FIELES cambiarán de opinión. Debo decir, para que nadie piense de mí nada que no sea cierto, que estuve a punto de convertirme en uno de ellos.
Parece, con la situación actual –me refiero a la política, no la financiera- que tenemos que elegir entre A o B. Unos lo han hecho peor, y los otros dicen que tienen el remedio, la panacea para solucionar todo mal. A ver, si tanta voluntad de servicio público tienen ambos, ¿no hubiera sido lógico que unos hubieran aceptado propuestas del contrario, o los otros las hubieran ofrecido de forma altruista?
A. -Oye, Presidente, que creo que si hacemos esto o lo otro, saldremos todos beneficiados, y nuestros conciudadanos serán mucho más felices.
B. -Hombre, Líder de la Oposición, tu idea es maravillosa, cuando la lleve a cabo diré que ha sido consensuada entre los dos.
A. -No es necesario hombre, si es por el bien común…
Me voy a permitir hacer otra pedorreta: ¡¡¡PFffpfppppfppppfp!!!
Lamentablemente no he visto nunca a ninguno de estos patriarcas del servicio público dándole la razón a su contrincante, ni aplaudiendo una decisión, ni una actitud… Hacen pactos, negocian, llegan a acuerdos, mercadean con nuestro voto y nuestra elección con interés propio.
A. –Si me das esto aquí, te doy esto allí
B. –Vale, a cambio me tienes que decir que soy guapo
B. –De acuerdo, pero que no se enteren mis votantes…
Hasta ahora un mitin político consiste en gastarse cantidades ingentes de dinero contratando unas instalaciones y equipándolas para que un señor se ponga frente a un micro y le diga a unos cientos, y en ocasiones miles de votantes (todos ellos ya bien convencidos de su voto) lo bueno que es él y lo malo que es su adversario. En ocasiones se ha oído a alguno de estos señores proponer algo por el bien común, pero no es lo habitual. Y yo me pregunto, ¿esta “raza” que llamamos política no está aquí con un sentimiento de servicio público? ¿No se supone, que son ellos los que nos deberían escuchar a los que no tenemos dicha vocación? ¿Cuántas veces hemos visto a un político estar callado escuchando lo que dicen los demás? Un mitin debería ser absolutamente al contrario: Todos los políticos sentados en sillas calladitos y con sus cuadernos y lápices tomando notas, y los votantes delante del micrófono diciendo lo que les hace falta, lo que necesitan, lo que les gustaría… Pero claro, eso sería rebajarse demasiado…
A partir de ahora voy a poner mi voto en venta. Es un voto. No es mucho, lo sé, pero no tengo más. Voy a votar, voy a apoyar a quien proponga que los políticos sean iguales al resto de los mortales. A quien defienda que los políticos deben tener los mismos derechos que los que no lo son. A quien promueva una ley que no solo no proporcione inmunidad a parlamentarios, ni aforados, ni ministros, ni presidentes; sino muy al contrario que condene con penas más severas a todos estos “servidores del estado” que cometen delitos. ¿Pido mucho?
Y dicho todo esto porque me apetece, no creo estar en posesión de la verdad absoluta, ni pretendo representar a nadie, ni que nadie me siga. Sólo decir lo que me apetece y en lo que creo. Creo en las personas y entre los políticos actuales veo bastante pocas….
Salva Castaño.
Estoy cansado de hablar con poseedores de la VERDAD ABSOLUTA, los voy a llamar los FIELES: personas que, sí o sí, tienen razón, que no dan su brazo a torcer aunque les demuestres de forma irrefutable, innegable, incontestable e incuestionable que no es así. Defienden al partido por el que CREEN estar representados (y digo CREEN) contra viento y marea. Estos FIELES Intentan rebatir los argumentos de unos diciendo que los otros son peores, o menos malos, o necesarios para la situación actual. Perdóneme el lector pero voy a intentar escribir una pedorreta: ¡¡¡PFffpfppppfppppfp!!! Estos FIELES de A o de B, lo son porque alguien los ha convencido en cierto momento de sus vidas de que A o B son los mejores. Es decir, esté quien esté en A, lo dirija quien lo dirija, haga lo que haga, cometa delitos o no, se demuestre lo que se demuestre, A es el mejor. Enfrente, los fieles de B son exactamente iguales, exigentes con el contrario e indulgentes con todo lo que haga B. Y nunca, pase lo que pase, estos FIELES cambiarán de opinión. Debo decir, para que nadie piense de mí nada que no sea cierto, que estuve a punto de convertirme en uno de ellos.
Parece, con la situación actual –me refiero a la política, no la financiera- que tenemos que elegir entre A o B. Unos lo han hecho peor, y los otros dicen que tienen el remedio, la panacea para solucionar todo mal. A ver, si tanta voluntad de servicio público tienen ambos, ¿no hubiera sido lógico que unos hubieran aceptado propuestas del contrario, o los otros las hubieran ofrecido de forma altruista?
A. -Oye, Presidente, que creo que si hacemos esto o lo otro, saldremos todos beneficiados, y nuestros conciudadanos serán mucho más felices.
B. -Hombre, Líder de la Oposición, tu idea es maravillosa, cuando la lleve a cabo diré que ha sido consensuada entre los dos.
A. -No es necesario hombre, si es por el bien común…
Me voy a permitir hacer otra pedorreta: ¡¡¡PFffpfppppfppppfp!!!
Lamentablemente no he visto nunca a ninguno de estos patriarcas del servicio público dándole la razón a su contrincante, ni aplaudiendo una decisión, ni una actitud… Hacen pactos, negocian, llegan a acuerdos, mercadean con nuestro voto y nuestra elección con interés propio.
A. –Si me das esto aquí, te doy esto allí
B. –Vale, a cambio me tienes que decir que soy guapo
B. –De acuerdo, pero que no se enteren mis votantes…
Hasta ahora un mitin político consiste en gastarse cantidades ingentes de dinero contratando unas instalaciones y equipándolas para que un señor se ponga frente a un micro y le diga a unos cientos, y en ocasiones miles de votantes (todos ellos ya bien convencidos de su voto) lo bueno que es él y lo malo que es su adversario. En ocasiones se ha oído a alguno de estos señores proponer algo por el bien común, pero no es lo habitual. Y yo me pregunto, ¿esta “raza” que llamamos política no está aquí con un sentimiento de servicio público? ¿No se supone, que son ellos los que nos deberían escuchar a los que no tenemos dicha vocación? ¿Cuántas veces hemos visto a un político estar callado escuchando lo que dicen los demás? Un mitin debería ser absolutamente al contrario: Todos los políticos sentados en sillas calladitos y con sus cuadernos y lápices tomando notas, y los votantes delante del micrófono diciendo lo que les hace falta, lo que necesitan, lo que les gustaría… Pero claro, eso sería rebajarse demasiado…
A partir de ahora voy a poner mi voto en venta. Es un voto. No es mucho, lo sé, pero no tengo más. Voy a votar, voy a apoyar a quien proponga que los políticos sean iguales al resto de los mortales. A quien defienda que los políticos deben tener los mismos derechos que los que no lo son. A quien promueva una ley que no solo no proporcione inmunidad a parlamentarios, ni aforados, ni ministros, ni presidentes; sino muy al contrario que condene con penas más severas a todos estos “servidores del estado” que cometen delitos. ¿Pido mucho?
Y dicho todo esto porque me apetece, no creo estar en posesión de la verdad absoluta, ni pretendo representar a nadie, ni que nadie me siga. Sólo decir lo que me apetece y en lo que creo. Creo en las personas y entre los políticos actuales veo bastante pocas….
Salva Castaño.
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