Hace tiempo, mucho ya, decidí dar un cambio a mi vida, hacer un examen de conciencia, y cambiar todo lo que no me gustaba de mi. Que eran muchas cosas. Esta reflexión, fue difícil, muy difícil, pero ha sido uno de mis logros en esta vida.
Aprendí que no siempre tengo la razón, que no soy más que nadie, que no hay que falsear nada para intentar ponerte a la altura de nadie, que no merece la pena hacerte pasar por lo que no eres para que te valoren más o mejor, que los defectos de los demás no les hacen peores personas...
Y también aprendí a valorar que el esfuerzo siempre tiene recompensa, que alguien puede cometer un error, o muchos, pero si en cierta forma son involuntarios, y le pones solución y luchas para mejorar, de lo único que se te puede tildar es de VALIENTE.
Al mismo tiempo aprendí, que igual que yo no debía juzgar ni criticar, no debía consentir ser juzgado ni insultado por pensar de tal o cual forma.
La palabra clave es RESPETO.
De aquel entonces no he logrado más amigos que los que ya tenía, ni he perdido. Porque los amigos, amigos son y están ahí.
Puede que sí haya ganado unos cuantos conocidos, y haya perdido otros tantos, pero al final, aunque no sobra nadie, es ley que unos vengan y otros vayan.
Hoy estoy feliz con mi vida, estoy feliz conmigo, no juzgo, doy mi opinión cuando me parece, y callo cuando me apetece. Elijo con quien me siento. No envidio absolutamente a nadie por ser más, tener más, creerse más...ni aspiro a que me envidien a mi, por supuesto... Tengo lo mismos amigos, y a algunos conocidos los aprecio, a otros los aprecio más, y a algunos nada en absoluto. Supongo que como todos y cada uno de nosotros.
Pero tengo claro, que nadie, y digo NADIE, merece ser insultado ni humillado por tener ideas diferentes a las de otro. Y por supuesto, yo me incluyo en ese nadie.
Por eso si tienes ideas diferentes a las mías, debátemelas, discútemelas, dame tus argumentos, pero no me insultes por ello.
Si te crees mejor que yo, ese es tu problema, sigue en tu mundo.
Si piensas que eres Dios por tener esto o aquello, o saber mas que los demás, allá tú, sigue en tu mundo.
Si alguna vez he ofendido, seguramente habrá sido involuntariamente, y no me duele pedir disculpas por ello. Si alguien se ha sentido atacado, puedo decir que no era mi intención, e intentaré que no vuelva a ocurrir. Si alguien duda de sí mis comentarios llevan doble intención, que lo pregunten, pero aseguro que siempre intento no ofender.
Pero si lo único que pretendes es el insulto o la humillación porque sí, ven dímelo a la cara, y bórrame de tu vida, o de tu red social, o de dónde sea que coincidamos. No es necesario que sigamos en contacto.
Porque INÚTILES hay en todos los sitios, pero según mi opinión, no hay mas inútil en esta vida que el que se cree más, o mejor, o superior, y de esos conozco unos cuantos... A los que por supuesto no les bailo el agua. A algunos de ellos los aprecio, apreciaba, aprecio (dudo...) a otros no les he tenido el menor cariño nunca, y a los demás, espero que estas palabras sirvan para evitar malentendidos, y pueda llegar a respetarlos y a que me respeten.
scb
domingo, 7 de octubre de 2012
sábado, 26 de mayo de 2012
Estimada Sra. Bankia.
Estimada Sra. Bankia,
me dirijo a Ud. sin la más mínima intención de que me lea, escuche, y que ni siquiera le importe lo más mínimo mi opinión. Pero no me voy a quedar con las ganas de decirle, en este caso de escribirle, cuatro cosas que pienso. A lo mejor son cinco.
Nuestra historia juntos empezó cuando hace unos años, tuve la idea de comprarme un piso, y resultó que la hipoteca que tenía el que quería, o me podía permitir, estaba surrogada con Bancaja.
Si quería dicha vivienda, tenía que pasar por el aro. Y darle las gracias.
Pero no solo eso: como Ud. necesitaba garantías de cobrar, me ofreció la posibilidad de que mis padres me avalaran. Y le di las gracias por la idea.
Me obligaron también a suscribir un seguro de vida, que según Ud., aseguraba a mis posibles herederos la tranquilidad si me pasara algo. Y le di las gracias por pensar en mis descendientes en caso de deceso.
Me "propuso" traerme el resto de mis cuentas, nómina, recibos domiciliados y demás pagos bancarios a su casa, porque así sería más fácil que me aceptaran la hipoteca. Y volví a darle las gracias por la oportunidad.
Me regalaron un boli.
En una ocasión me quedé sin saldo en la cuenta, me llegó un pago de teléfono de cuatro mil y pico pesetas, y una de sus empleadas me llamó muy amablemente para comunicarme que lo iban a pagar, pero que no se volviera a repetir. Colgué el teléfono justo después de darle las gracias por cobrarme tan solo los abusivos intereses de un día.
Desde entonces llevo pagando puntualmente. Puntualmente llevo pagándole intereses, porque de lo que es la vivienda apenas habré reducido un veinte por ciento. Y darle las gracias por haberme prestado el dinero.
Un tiempo después me regalaron un boli.
Fin del acto primero.
Después de unos años, tuve suerte, y pude ahorrar una cantidad mínima de dinero. Cantidad que a Ud. no le parecía suficiente para pagarme en un plazo fijo unos intereses iguales a los que yo le pagaba por la hipoteca. Por lo que me ofreció un producto (interno) mejor: unas acciones preferentes, que al cabo de poco tiempo me darían más rentabilidad que un plazo fijo. Me hizo firmar unos papeles que, muy amablemente, me fue explicando, y que cualquiera que no ha estudiado económicas y/o ha hecho un máster en inversiones financieras, es incapaz de entender (y aquí no eximo mi responsabilidad de nada). Pero si me quedo con una frase que me dijo uno de sus adiestrados empleados: Salva, si una empresa como Bancaja (luego Bankia) no puede hacer frente a unos pagos tan pequeños, apaga y vamonos... Por lo que decidí irme de la sucursal con una sonrisa en la boca por mi inversión, eso sí, no sin antes darle las gracias por ser uno de los elegidos para sus productos internos para clientes preferentes...
Poco después hubo una fusión, y de las entrañas de Bancaja, Caja Madrid y algunas rémoras más nació... ¡BANKIA!
Cambiaron la imagen corporativa, y me regalaron una caja de bolis que iban a tirar por ser de Bancaja y estar obsoletos.
Salió Ud. a bolsa, y a los clientes de siempre nos ofrecieron la oportunidad de comprar a un precio excepcional, las primeras acciones.
Y compré un poco. Y me regalaron un boli. De Bankia.
Fin del acto segundo.
Poco tiempo después pasa lo que pasa.
El producto interno que era una maravilla, resulta ser un bluff, que se convierte en acciones que no podrás cobrar para poder recuperar el cien por cien del valor. Recuperarlo en acciones. Por supuesto. Acciones que siguen bajando junto a las otras que compré por voluntad propia.
Después de muchas semanas de noticias desastrosas, bajadas de bolsa, dimisiones de directivos, ayudas del Gobierno, me entero que Ud. había falseado las cuentas de 2011. Y que lo que eran ganancias, ahora son pérdidas mucho mayores.
Al mismo tiempo que me dicen que Bankia sigue siendo de fiar, me entero que piden unas ayudas que llevan muchos ceros. Pero piden tranquilidad al usuario, y le dicen que confíen en Ud. Que es una entidad segura.
¿Segura?
Sra. Bankia, deje de leer porque le voy a faltar al respeto: VÁYASE A LA MIERDA. Gracias.
Además, como quieren que confíe en Ud. si ni siquiera ha tenido ahora la decencia de regalarme un puto boli últimamente.
Se despide de Ud. atentamente, un (ex)cliente jodido, engañado, humillado y puteado única y exclusivamente por Ud. y su gestión.
scb
me dirijo a Ud. sin la más mínima intención de que me lea, escuche, y que ni siquiera le importe lo más mínimo mi opinión. Pero no me voy a quedar con las ganas de decirle, en este caso de escribirle, cuatro cosas que pienso. A lo mejor son cinco.
Nuestra historia juntos empezó cuando hace unos años, tuve la idea de comprarme un piso, y resultó que la hipoteca que tenía el que quería, o me podía permitir, estaba surrogada con Bancaja.
Si quería dicha vivienda, tenía que pasar por el aro. Y darle las gracias.
Pero no solo eso: como Ud. necesitaba garantías de cobrar, me ofreció la posibilidad de que mis padres me avalaran. Y le di las gracias por la idea.
Me obligaron también a suscribir un seguro de vida, que según Ud., aseguraba a mis posibles herederos la tranquilidad si me pasara algo. Y le di las gracias por pensar en mis descendientes en caso de deceso.
Me "propuso" traerme el resto de mis cuentas, nómina, recibos domiciliados y demás pagos bancarios a su casa, porque así sería más fácil que me aceptaran la hipoteca. Y volví a darle las gracias por la oportunidad.
Me regalaron un boli.
En una ocasión me quedé sin saldo en la cuenta, me llegó un pago de teléfono de cuatro mil y pico pesetas, y una de sus empleadas me llamó muy amablemente para comunicarme que lo iban a pagar, pero que no se volviera a repetir. Colgué el teléfono justo después de darle las gracias por cobrarme tan solo los abusivos intereses de un día.
Desde entonces llevo pagando puntualmente. Puntualmente llevo pagándole intereses, porque de lo que es la vivienda apenas habré reducido un veinte por ciento. Y darle las gracias por haberme prestado el dinero.
Un tiempo después me regalaron un boli.
Fin del acto primero.
Después de unos años, tuve suerte, y pude ahorrar una cantidad mínima de dinero. Cantidad que a Ud. no le parecía suficiente para pagarme en un plazo fijo unos intereses iguales a los que yo le pagaba por la hipoteca. Por lo que me ofreció un producto (interno) mejor: unas acciones preferentes, que al cabo de poco tiempo me darían más rentabilidad que un plazo fijo. Me hizo firmar unos papeles que, muy amablemente, me fue explicando, y que cualquiera que no ha estudiado económicas y/o ha hecho un máster en inversiones financieras, es incapaz de entender (y aquí no eximo mi responsabilidad de nada). Pero si me quedo con una frase que me dijo uno de sus adiestrados empleados: Salva, si una empresa como Bancaja (luego Bankia) no puede hacer frente a unos pagos tan pequeños, apaga y vamonos... Por lo que decidí irme de la sucursal con una sonrisa en la boca por mi inversión, eso sí, no sin antes darle las gracias por ser uno de los elegidos para sus productos internos para clientes preferentes...
Poco después hubo una fusión, y de las entrañas de Bancaja, Caja Madrid y algunas rémoras más nació... ¡BANKIA!
Cambiaron la imagen corporativa, y me regalaron una caja de bolis que iban a tirar por ser de Bancaja y estar obsoletos.
Salió Ud. a bolsa, y a los clientes de siempre nos ofrecieron la oportunidad de comprar a un precio excepcional, las primeras acciones.
Y compré un poco. Y me regalaron un boli. De Bankia.
Fin del acto segundo.
Poco tiempo después pasa lo que pasa.
El producto interno que era una maravilla, resulta ser un bluff, que se convierte en acciones que no podrás cobrar para poder recuperar el cien por cien del valor. Recuperarlo en acciones. Por supuesto. Acciones que siguen bajando junto a las otras que compré por voluntad propia.
Después de muchas semanas de noticias desastrosas, bajadas de bolsa, dimisiones de directivos, ayudas del Gobierno, me entero que Ud. había falseado las cuentas de 2011. Y que lo que eran ganancias, ahora son pérdidas mucho mayores.
Al mismo tiempo que me dicen que Bankia sigue siendo de fiar, me entero que piden unas ayudas que llevan muchos ceros. Pero piden tranquilidad al usuario, y le dicen que confíen en Ud. Que es una entidad segura.
¿Segura?
Sra. Bankia, deje de leer porque le voy a faltar al respeto: VÁYASE A LA MIERDA. Gracias.
Además, como quieren que confíe en Ud. si ni siquiera ha tenido ahora la decencia de regalarme un puto boli últimamente.
Se despide de Ud. atentamente, un (ex)cliente jodido, engañado, humillado y puteado única y exclusivamente por Ud. y su gestión.
scb
jueves, 15 de marzo de 2012
Arroz con Costra, como mandan los cánones
Receta del Arroz con Costra tal y como lo hace mi familia y como ha pasado de padres a hijos durante generaciones. Habrán más y diferentes recetas, y diversas formas de hacerlo, pero ésta es la nuestra y así la plasmo aquí.
Ingredientes:
Longaniza roja
Longaniza blanca
Embutido blanco
Embutido negro
Conejo
Tomate triturado
Garbanzos en remojo
Arroz
Huevos
Aceite
Colorante
Sal
Se pone la sartén al fuego con el aceite necesario, y cuando esté bien caliente se introduce la longaniza. Cuando esté bien dorada se saca y se reserva. A continuación se sofreirán también el embutido blanco y negro por separado al tener diferentes tiempos de cocción y se reservarán junto a la longaniza.
Se sala el conejo y se sofríe hasta que esté dorado.
Una vez tengamos el conejo bien hecho se reserva en el perol.
Es el momento de freír el tomate.
Hay que moverlo bien para evitar que se pegue a la sartén. Cuando esté casi cocinado, añadiremos los garbanzos y sofreiremos la mezcla sin llegar a dejar que rompan.
Una vez estén hechos, añadiremos el tomate al conejo que ya estaba frito y reservado en el perol de barro.
Ponemos el perol al fuego, le añadimos el agua necesaria, y lo llevamos a ebullición.
Es el momento de tocarlo de sal y de condimentarlo con el colorante.
Cuando haya hervido el tiempo necesario se añade el arroz, repartiéndolo bien por todo el perol. Es tiempo también de poner por encima todo el embutido que teníamos reservado desde el inicio.
Es ahora cuando encenderemos la costrera que habremos preparado con leña fina y abundante, para que vaya calentándose.
Rompemos también los huevos y los batimos enérgicamente, sin olvidarnos de añadirles un poco de sal.
Acabamos de hacer el arroz, quitándole poco a poco el fuego
Una vez esté hecho le añadimos el huevo batido por encima
Y muy rápidamente le colocamos encima la costrera para que pierda el menor calor posible.
Después del tiempo necesario para que el huevo cuaje y suba lo máximo posible sin llegar a quemarse, retiramos la costrera y dejamos reposar unos minutos.
jueves, 9 de febrero de 2012
Un fallito...
Érase una vez un Señor Guardia Civil que cumpliendo con su trabajo de manera impecable, guardaba y hacía guardar la ley. Y en su puesto en Tráfico, ponía las multas que tenía que poner, advertía a los conductores de peligros, socorría en accidentes, incluso le gustaba pensar que había salvado alguna vida con sus actuaciones.
Un día este buen hombre, saliendo de tomar unas copas con los amigos, cogió el coche para ir a casa, con la mala suerte que la Policía Local le paró en un control de alcoholemia, y se le sancionó con una multa y retirada temporal de carnet de conducir.
En su trabajo, obviamente, le deben retirar de la carretera, y por tanto de la labor que hacía.
Y me parece bien.
Ahora cambiamos la profesión de Guardia Civil por la de Juez, y el delito de conducir ebrio por el de realizar unas escuchas ilegales.
Y me sigue pareciendo bien.
Vaya por delante que a mi Garzón me cae bien. Muy bien.
He estado orgulloso de él cuando ha atacado las infraestructuras de ETA, me he alegrado cuando gracias a sus actuaciones han ido a la cárcel terroristas, malversadores o cualquier tipo de delincuentes.
Me ha parecido un juez ejemplar, y estoy convencido que gracias a él (y a otros como él) estamos más seguros en España.
Por eso me enfada mucho más que haya cometido el fallo de realizar escuchas ilegales y que por ello le hayan inhabilitado.
Pero no nos equivoquemos, la culpa no es de quien le condena, sino suya. Un experto en leyes como Garzón no puede cometer un fallo tan tonto. Porque probablemente, a quien estaba investigando va a quedar impune por ese fallo.
Por lo tanto señores y señoras, por mucho que nos moleste, fastidie o incomode la sentencia, la falta es suya y solo suya.
Por cierto, que muchos de los que ahora lo defienden hace unos años le atacaban cuando investigaba el caso Gal y encerró a Barrionuevo y a Vera...
¿En que quedamos? ¿Es bueno ahora? ¿Antes era malo?
Y por el Guardia Civil no os preocupéis, me lo he inventado...
Un día este buen hombre, saliendo de tomar unas copas con los amigos, cogió el coche para ir a casa, con la mala suerte que la Policía Local le paró en un control de alcoholemia, y se le sancionó con una multa y retirada temporal de carnet de conducir.
En su trabajo, obviamente, le deben retirar de la carretera, y por tanto de la labor que hacía.
Y me parece bien.
Ahora cambiamos la profesión de Guardia Civil por la de Juez, y el delito de conducir ebrio por el de realizar unas escuchas ilegales.
Y me sigue pareciendo bien.
Vaya por delante que a mi Garzón me cae bien. Muy bien.
He estado orgulloso de él cuando ha atacado las infraestructuras de ETA, me he alegrado cuando gracias a sus actuaciones han ido a la cárcel terroristas, malversadores o cualquier tipo de delincuentes.
Me ha parecido un juez ejemplar, y estoy convencido que gracias a él (y a otros como él) estamos más seguros en España.
Por eso me enfada mucho más que haya cometido el fallo de realizar escuchas ilegales y que por ello le hayan inhabilitado.
Pero no nos equivoquemos, la culpa no es de quien le condena, sino suya. Un experto en leyes como Garzón no puede cometer un fallo tan tonto. Porque probablemente, a quien estaba investigando va a quedar impune por ese fallo.
Por lo tanto señores y señoras, por mucho que nos moleste, fastidie o incomode la sentencia, la falta es suya y solo suya.
Por cierto, que muchos de los que ahora lo defienden hace unos años le atacaban cuando investigaba el caso Gal y encerró a Barrionuevo y a Vera...
¿En que quedamos? ¿Es bueno ahora? ¿Antes era malo?
Y por el Guardia Civil no os preocupéis, me lo he inventado...
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